Tienes dinero y quieres sacarle el máximo partido, pero no sabes exactamente por dónde empezar. Comentarte que las inversiones más seguras son aquellas que te ofrecen beneficios a partir de un porcentaje que se aplica sobre el capital que depositas durante un tiempo pautado. A este porcentaje lo denominamos tasa de interés, que puede ser simple o compuesta, dependerá de cómo se calcule el interés sobre el monto en cuestión.
En el caso del interés simple, la tasa se calcula sobre el capital inicial durante un período de tiempo. Depositas una cantidad de dinero en tu entidad bancaria y acuerdas con ellos la rentabilidad que te dará tu dinero en un periodo de tiempo calculado con anterioridad.
El interés compuesto, sin embargo, con vistas a tener ese dinero invertido a más largo plazo, y sacarle mayor partido, consiste en sumar al capital inicial los intereses generados para formar un nuevo capital. En cada período se generan nuevos intereses que se van sumando al capital para generar nuevos intereses. Esto se repite durante la cantidad de períodos pautados.
Nunca es tarde para empezar a ahorrar
Ahorrar por ahorrar, no tiene mucho sentido. Ahora bien, ahorrar, para sacarle partido a lo ahorrado y generar más riqueza, es lo que se denomina interés compuesto. Un ejemplo sencillo: un ahorrador tiene 1000€ invertidos en un depósito, donde le dan el 10% de rentabilidad anual. Por lo tanto, al año tendrá 1100€. Para el segundo año, el capital inicial pasará de 1.000€ a 1.100€. Al término de ese período, los intereses generados serán 110€ (10% sobre 1.100 euros). De este modo, se sumarán al capital inicial los intereses del primer y segundo año, obteniendo en total 1.210€.
Por lo que, generaremos esa riqueza siempre que empecemos por acumular y ser constante, pero sin perder de vista que el objetivo no es guardar el dinero, sino intentar que el dinero se multiplique solo. El largo plazo es clave para que tu dinero trabaje por ti. Y nunca es tarde para empezar, no porque ya tengas 40 años deja de valer la pena. Quizá hasta ahora no tuviste los ingresos para hacerlo, y sin embargo ahora sí.
¿Qué tipo de inversor te consideras?
Antes de comenzar a invertir tu dinero, debes analizarte a ti mismo como inversor. Sería buena idea estudiar tu caso. Te consideras más conservador y, por tanto, no quieres correr absolutamente ningún riesgo. Eres un inversor medio, y estás dispuesto a asumir algo de riesgo.
O, en tercer lugar, no te importa arriesgarlo todo, con la posibilidad de que el interés variable pueda desmejorar tu inversión, pero aumente así tu rentabilidad. Una vez tengas claro si quieres y puedes correr con más o menos riesgo, ya estarás listo para decantarte con los diferentes productos que te lleven a ello.
De esta forma te será más fácil encontrar aquellos productos con los que beneficiarte del interés compuesto. En concreto, los más interesantes son:
- Cartera de Ahorro para perfiles conservadores: es el producto más seguro en el mundo de la inversión, ya que no solo conseguirás una rentabilidad por tu dinero, sino que siempre podrás disponer de él.
- Bonos para perfiles conservadores: la renta fija es perfecta para aquellos que tienen mucha aversión al riesgo, ya que conoces su rentabilidad, cuándo te va a devolver el dinero y es segura.
- ETFs y Fondos Indexados para perfiles moderados y más osados: se trata de productos que tienen un cierto componente de riesgo. No obstante, se puede modelar en función de los índices o carteras de activos que siguen, de hecho, esa es la parte crucial y no ambos productos en sí.
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