Un depósito con interés variable es un tipo de producto financiero en el que el dinero que depositas genera intereses cuyo porcentaje no está fijo, sino que cambia a lo largo del tiempo en función de ciertos indicadores o condiciones previamente establecidas.
¿Cómo funcionan?
Se revisa el tipo de interés en intervalos regulares (trimestral, semestral o anual). Según cómo se mueva el índice de referencia, el interés que recibes cambia.
Ø Si los tipos suben ➜ ganas más.
Ø Si los tipos bajan ➜ ganas menos.
¿Cuándo convienen?
- Si crees que los tipos van a subir y quieres aprovechar ese contexto.
- Si buscas diversificar y ya tienes otros productos a tipo fijo.
- Si no necesitas liquidez inmediata y puedes asumir cierta variabilidad en el rendimiento.
Características clave:
- Tipo de interés no fijo: A diferencia de los depósitos a plazo fijo, donde conoces desde el inicio cuánto ganarás, en un depósito con interés variable los rendimientos pueden subir o bajar.
- Índice de referencia: El interés suele estar ligado a un índice de referencia (por ejemplo, el Euríbor en Europa, o la Tasa de Interés Interbancaria en otros países). El banco puede ofrecer, por ejemplo, Euríbor + 0,5%.
- Riesgo y rentabilidad: Puede ofrecer mayor rentabilidad que un depósito a tipo fijo, pero también implica más incertidumbre.
- Duración: Tienen un plazo determinado, y las condiciones de variación del interés deben estar claramente indicadas en el contrato.
Los depósitos con interés variable pueden ser una opción interesante según el contexto económico y tu perfil como inversor.
Te dejamos un resumen claro de sus ventajas y riesgos:
Ventajas:
- Potencial de mayor rentabilidad: Si los tipos de interés de referencia (como el Euríbor) suben, también lo hace el rendimiento del depósito.
- Alineación con el mercado: Tus ganancias se ajustan a las condiciones del mercado, lo que puede ser ventajoso en periodos de crecimiento económico.
- Diversificación: Es una alternativa útil para diversificar tu cartera, especialmente si ya tienes productos a tipo fijo.
- Oportunidad en épocas de inflación alta: Si los bancos centrales suben los tipos para combatir la inflación, podrías beneficiarte de mejores rendimientos.
Riesgos:
- Rendimiento incierto: A diferencia de los depósitos a tipo fijo, aquí no sabes cuánto vas a ganar. Si los tipos bajan, tu rentabilidad puede ser muy baja o incluso casi nula.
- Difícil planificación financiera: Como los intereses cambian, es más complicado prever los ingresos que vas a recibir.
- No siempre compensa el riesgo: En algunos casos, el incremento de rentabilidad no es suficiente para justificar la incertidumbre.
- Comisiones o condiciones complejas: Algunos productos tienen fórmulas de cálculo complicadas o comisiones que pueden reducir el beneficio real.
Si estás evaluando uno en concreto, desde Financierum podemos ayudarte a analizar las condiciones (índice de referencia, diferenciales, mínimos garantizados, etc.). No lo dudes y ponte en contacto con nuestros profesionales.